En los últimos años y ante la problemática causada a nivel global por la contaminación que se acumula día tras día en nuestro entorno, ha cobrado gran importancia el término “sostenibilidad”. Cada vez son más las empresas que apuestan por envases y packagings sostenibles, no solo por que el problema de la contaminación cada vez es más apremiante, sino también, porque surge una nueva generación de consumidores que lo apoyan y que tienen muy en cuenta las políticas sociales y medioambientales de los negocios en los que compran.
Plásticos creados a partir de huesos de aceitunas, nuevos materiales biodegradables y soluciones de toda la vida que habían quedado en deshuso parecen ser alternativas viables que surgen de la ingeniería del packaging, la cual avanza a un ritmo vertiginoso.
Si tú también quieres saber si este tipo de packaging puede ser viable para tu negocio y cuáles son las posibilidades que ofrece, sigue leyendo este artículo para conocer los detalles.
Definición de packaging sostenible.
Para hablar de packaging sostenible, hay que tener claro en qué consiste la sostenibilidad. Este término hace referencia al uso responsable de los recursos naturales en la producción empresarial, garantizando de esta forma la existencia de recursos para generaciones futuras. De esta forma, se puede resumir, que el packaging sostenible es aquel que busca reducir la huella medioambiental a lo largo del tiempo y a través de diferentes métodos:
Además, el packaging sostenible debe tener en cuenta factores económicos y sociales y su precio debe ser competitivo respecto al packaging tradicional de un solo uso. Por ejemplo, el packaging basado en plantas, como la hoja de palma o la cáscara del coco, pueden ser opciones muy sostenibles, pero no lo es si implica talar bosques enteros para cultivar la materia prima para su fabricación.
Así que, para valorar con total seguridad, si nuestro packaging va a ser o no totalmente sostenible, deberemos informarnos bien de todos los procesos de producción, desde la producción de la materia prima que lo compone hasta su posterior manipulación por parte de los fabricantes o proveedores.
El packaging con diseño sostenible es una combinación muy potente y recomendables para marcas que apuestan al máximo por el medioambiente y cuyos públicos están altamente concienciados con la causa. Como ejemplos podemos mencionar casos como la caja de zapatillas de Puma que nunca querrías tirar pues es a su vez un zapatero ideal, la bolsa-percha que lanzó H&M fabricadas en un 80% de material reciclado o algunos proyectos como el de Hornea, que han conseguido crear un envoltorio de papel para guardar el pan que a su vez permite ser reutilizado como papel de horno.
El objetivo de este tipo de packaging es darle una vida más longeva al mismo, de manera que su funcionalidad sea algo más que la de contener al producto hasta su consumo. Pero conseguir un diseño atractivo y que a la vez genere poca huella medioambiental no parece tarea fácil. Son muchos los equipos creativos que trabajan en esta tarea, por lo que dejar tu proyecto en manos de profesionales será una opción muy recomendable para conseguir una buena solución al packaging de tu producto.
En la fabricación de este tipo de packaging se suele utilizar material reciclado, pero será su diseño el que invite al comprador a otorgarle varias vidas útiles a nuestro embalaje, por eso es importante que en el diseño del mismo, quede implícito el mensaje de “producto reutilizable”.
Ya tenemos claro los principales conceptos claves para conseguir un packaging sostenible: Material reciclado/reciclable y un diseño creativo que debe transmitir sus múltiples usos. Lo siguiente que debemos valorar es el coste de alcanzar todas estas cualidades sin perder rentabilidad en nuestro producto.
Hasta el momento hemos analizado en que consiste el packaging sostenible y algunos ejemplos destacables que lo utilizan como propuesta de valor de su producto. Pero también conviene analizar datos de usuarios reales y que tienen muy en cuenta el packaging en el que se entregan lo que compran, para valorar si esta alternativa resulta viable o no para nuestro negocio. El estudio “El Shopper Millenial de frutas y verduras de AECOC” (2017) confirma que el 64% de los encuestados de entre 18 y 34 años se decantan por los envases de cartón o madera a la hora de comprar estos alimentos, solo el 15% preferiría el plástico. Este público más joven es altamente sensible al tema de la sostenibilidad y llegan a condicionar sus decisiones de compra por estos factores.
Pero esto no es todo, no solo los ciudadanos reclaman cada vez más un movimiento sostenible en el envasado de productos. Las grandes compañías están sumándose al cambio haciendo aún más atractivos sus productos. Es el caso de la compañía de cervezas Mahou, la cual recibió el “Premio Europeo de Medio Ambiente a la Empresa” por su proyecto para calcular la huella ambiental de su cadena de producción. Este proyecto permitió a la empresa reducir sus emisiones de CO2 en un 42%.
Si unimos el movimiento ciudadano y el empresarial podemos concluir que:
Por tanto, como conclusión, podemos afirmar que no solo es viable invertir en sostenibilidad en la producción de tu packaging, sino que además resultará de vital importancia a medio-corto plazo.
¿Qué materiales son recomendados para un packaging sostenible?
Conclusiones.
El packaging sostenible no solo es un valor de responsabilidad para tu empresa, sino que a corto plazo puede convertirse en un aspecto esencial a cubrir para tener un producto competitivo, pues cada vez crece más la necesidad de cuidar nuestro entorno y los clientes lo reclaman en sus decisiones de compra.
Si quieres conocer más sobre materiales y soluciones de packaging sostenible en Grupo de Embalaje podemos ayudarte.