En definitiva, el packaging es una disciplina del marketing que se engloba dentro del branding corporativo que toda la marca, debe realizar para dotarse de personalidad y distinguirse de la competencia.
Embalaje vs Envase
El primero trata sobre el procedimiento para preparar la carga de la manera más segura, en el transporte o almacenamiento y está más orientado hacia la logística. Mientras que el envase se refiere al recipiente que contiene, protege y realiza la presentación comercial de la mercancía, es decir, la disposición del producto para la venta y, en este caso, se orienta hacia el marketing y está en contacto directo con el producto.
En la estructura del embalaje podemos diferenciar tres niveles (primario, secundario, terciario). El Empaque primario es el que está en contacto directo con el producto, el secundario es el que contiene uno o varios empaques primarios, y el terciario es el que agrupa y unifica a los anteriores en un contenedor para protegerlos durante el proceso de distribución.
¿Cómo hacer un buen packaging?
Es importante que el empaque tenga una linealidad con la imagen corporativa de la empresa, la paleta de colores, el logotipo, etc. Debe despertar algún tipo de sentimiento e identificación con el comprador. En cuanto al producto tiene que ser diseñado en función de su propia naturaleza: de qué se compone, tamaño, forma, peso, densidad, fragilidad y resistencia.
Errores más comunes a la hora de elaborar un Packaging
El packaging no es funcional
Estéticamente tu envase puede ser maravilloso, único y espectacular, pero si no es útil, si no cumple su función principal, que es la de proteger, de poco servirá.
No queda claro lo que vendes
Siempre, desde el primer instante debe quedar bien claro lo que vendes y a quien se lo vendes. El mensaje y los valores de tu marca, deben quedar bien patentes en el envoltorio.
No planificar estrategia alguna
Todo gran producto o packaging exitoso, tiene una estrategia de marca detrás. El desarrollo de una estrategia para una marca, en la que se incluye el diseño del envase, es fundamental para su éxito. Es necesario pensar desde el principio, en cómo comunicar toda la información del producto sin llegar a marear al consumidor.
Copiar a la competencia
Por mucho que te gusten sus ideas, va a evitar que te diferencies de ellos y por lo tanto estés a un paso por delante de ellos. Hay que saber anticiparse, comprender e interpretar las necesidades del mercado antes de que lo haga la competencia.
No realizar controles de calidad y revisiones periódicas
Un simple error tipográfico, puede suponer pérdidas millonarias. Por eso es fundamental realizar controles de calidad con todos lo envases. Además, revisar tu packaging con cierta periodicidad te ayudará a evolucionar.
Packaging carente de diseño
Puede darse el caso de que un packaging sea funcional, pero carezca totalmente de diseño. Puede darse el caso de una acumulación de imágenes, en el envoltorio que no hagan más que confundir al cliente en el momento de compra. O un exceso de textos, ensuciando el diseño total, causando un efecto contrario al deseado y generando desconfianza en tus productos y tu marca.
El packaging es más que un agente protector para el producto, es el producto mismo. No podemos olvidar, que el packaging efectivo es aquel que motive a la compra: formar, contenido, estética y funcionalidad deber ir siempre de la mano, para conseguir seducir al público y conseguir vender.